lunes, 17 de mayo de 2010

Ayuntamiento.

Siempre he pensado que la estructura del Estado está sobredimensionada, mal utilizada y peor coordinada. Las duplicidades entre organizaciones son brutales, rozando lo obsceno...en cuanto al consumo de recursos económicos que suponen.

Por un lado está el Estado,
Luego las autonomías,
Las diputaciones provinciales,
Los cabildos insulares,
Y finalmente los ayuntamientos y pedanías.

En algún foro de Internet o a través de FaceBook he mantenido debates sobre la necesidad o utilidad de las comunidades autónomas. Su utilidad práctica, el gasto que conllevan, etc.

Con todo este debate del recorte del gasto que debe hacer la administración, se hace necesario acudir a quien realmente hace el gasto, y no ha recortes de prestaciones o emolumentos a pensionistas y funcionarios. Quienes generan el mayor gasto son las corporaciones, autonómicas, provinciales y locales. Ahí es donde hay que meter la tijera.

Creo que es hora de reestructurar de forma drástica y permanente, por funcionalidad, operatividad y economía, la propia estructura histórica de este país.

¿Qué sentido tiene que cada población tenga su propio ayuntamiento?
...a parte del obvio: la cercanía al ciudadano, no le veo otro sentido. Las mismas funciones pude ejecutarlas de forma centralizada la diputación provincial o en el caso de las islas, el propio Cabildo Insular.

Los beneficios serían brutales,
.- Aprovechamiento de economías de escala; ahorrarían millones de euros.
.- Reparto más equitativo, en base a necesidades, no en base a presupuesto o capacidad de recaudación. Crecimiento más homogéneo de la provincia, no acumulación de grandes áreas.
.- Los ayuntamientos muy pequeños tendrían acceso a servicios y financiación a las que ahora no tienen acceso por su reducido tamaño.
.- La provincia se vería como un todo único, no como pequeñas partes cada una gobernada por partidos diferentes e intereses personales o partidistas diferentes.
.- los trámites necesarios para cada inversión, proyecto, etc. reducirían sus pasos, al tener que pasar menos cortes y estamentos jerárquicos.
.- Se disminuye la estructura necesaria y duplicación de trabajos, recursos humanos y económicos, edificios, etc. Obteniendo ahorros muy importantes cada año.
.- Disminución de la corrupción local, al estar todo centralizado. Los intereses personales, familiares y amistosos quedan reducidos a la mínima expresión.
.- generación de centrales de compra y de contratación conjunta, ahorrando costes, externalizando, haciendo sociedades mixtas de actuación.
.- Favoreciendo el traspaso de personal de una a otra población por necesidad, no siendo estanco como ahora.

Ejemplos:
-Policía provincial, no local.
-Servicios de limpieza comunes.
-Servicios de jardinería y mantenimiento comunes.
-Contratación obra civil, reparaciones, etc.
-Atención al ciudadano y trámites burocráticos.
-Hacienda provincial.
-Servicios más profesionalizados y menos politizados.
-etc., etc.

Los ahorros y la productividad y eficacia se verían aumentados notablemente, a la par que el servicio final al ciudadano.

Los únicos perjudicados serían los partidos políticos, y los propios políticos, que en muchos casos, simplemente dejarían de existir.

Obviamente esta medida sólo afectaría a los pequeños ayuntamientos, habría que definir un baremo que limite esto a poblaciones menores a 100.000 hab. o a 50.000 hab. El resto de pequeños ayuntamientos, pedanías, etc. quedarían adscritos a la Diputación Provincial.

¡Queda dicho!

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