lunes, 10 de septiembre de 2012

La vuelta al cole.

¡Se acabó lo bueno!
Todo lo que empieza tiene un final...y el verano no iba a ser menos. Llegado septiembre empieza un nuevo curso escolar, un nuevo curso político, un relanzar económico...

Las cafeterías rebosan de tertulias y quejas sobre el coste de los libros, los recortes en profesorados, el fin de las ayudas, los tupper en el comedor...

Una cosa que siempre me ha chocado de este momento anual que supone la vuelta al cole, es en primer lugar el alivio de unos padres que no tienen, aunque les gustaría, unas vacaciones tan laaaargas como las de sus hijos, y que ven en septiembre una vuelta a la rutina, al no tener que hacer malabares con unos hijos ociosos. Siempre se envidia el periodo vacacional del profesorado (no tanto su sueldo y el trato del día a día con una jauría de chiquillos, en muchos casos extra hormonados, que pueden hacer crispar los nervios hasta del Santo Job). Pero lo que me gustaría resaltar en este post, es el recurrente tema del coste de los libros.

Cada septiembre este tema monopoliza hasta los titulares de los telediarios. Siempre se ha dicho que el saber no ocupa lugar, aunque algún chaval o sus padres no estén muy de acuerdo conforme al volumen que alcanzan algunas mochilas. Aunque intento hacer memoria no recuerdo en el refranero nada sobre la gratuidad del saber, ocupar no ocupa... pero costar, cuesta.

No entiendo muy bien el mecanismo de queja del común de los mortales a la hora de llevar a su progenie a los centros de aprendizaje. Si querremos una educación buena, una cultura generalizada, un acceso al conocimiento...no entiendo tanta reticencia a comprar libros. Que, como todo en la vida, tiene un coste de producción, unos derechos de autor, un equipo de pedagogos, profesores, profesionales de maquetación, unas distribuidoras, unas empresas de transporte...que deben comer.

Entendido esto, que seguro no se le escapa a nadie, me molesta profundamente que todo el mundo se queje del precio de los libros, unos libros que duran un curso escolar completo. Si repartes el coste del libro por 9 meses de curso, es ridículo su coste mensual. Lo curioso es que los mismos que se quejan furibundamente sobre el coste de los libros, son los mismos que le compran a su hijo unas zapatillas último modelo de marca por 120€, una mochila con el superhéroe o dibujito de moda y un estuche a juego que valen más que todos los libros del curso.

Es triste pero la realidad es que al español le jode pagar la cultura, la educación y el conocimiento, porque no escatimamos en clases extra escolares de cualquier deporte, equipamiento especial para practicarlo,y todo lo que conlleva. Así que el problema no es el dinero, sino que ese coste específico es en libros.

Los libros no son caros. Pagar 20-25€ por asignatura al año para que tu hijo tenga unos conocimientos no es caro. El problema es que tras habernos gastado la extra en el chiringuito de la playa, el desembolso de principio de curso, como que fastidia un poco la economía familiar.

Menos tintos de verano y más educación. Siendo un poco previsor y sabiendo que todos los septiembres nuestros hijos deben acudir al cole, un ahorro previo, haría las cosas más sencillas. Y al que realmente no tenga ingresos, promover un servicio de ayuda y préstamo del material escolar.