sábado, 12 de febrero de 2011

Efecto dominó

No deja de sorprenderme la raza humana. En este caso de manera positiva, aunque con el caso que expongo, denota la fragilidad y la poco voluntad en mejorar que tenemos.

Asistimos a la caída en cadena de los regímenes en los países islámicos del norte de África. Primero salieron a la calle...y derrocaron, en Túnez, acto seguido se contagió el pueblo egipcio, que envidiando el poder de las masas tunecinas, quisieron acabar con decenas de años de dictadores sucesivos. Lo consiguieron tras 18 días de protestas multitudinarias. Luego fue Yemen, cuya población está en la calle, con menos bombo y platillo que Egipto, pero que también piden lo mismo. Hoy me congratula leer que en Argelia, la policía ha salido en bloque a reventar una multitudinaria manifestación, para que no suceda lo mismo que en sus países vecinos.

También hay noticias contradictorias de conatos en algunas ciudades marroquíes. Y por último, aunque más tímidamente se oyen noticias de acciones del régimen chino, controlando la información que se da a su población respecto a estas revueltas.

El pueblo unido jamás será vencido. Lo que pasa es que el ser humano no se da cuenta de ello, hasta que otro vecino sale a la calle...y lo consigue, sino se quedaría en casa como hasta ahora.

¡Somos cobardes...aunque de vez en cuando tenemos un arranque!

1 comentario:

  1. Cuando las desigualdades imperan, los humanos reaccionamos. El poder de la información llega a todas partes, y nos tocara ver, entender e interpretar los actos y acontecimientos de los ciudadanos que siguen sometidos a regímenes intolerantes. Nada perdura, todo se transforma, así pues ahora estamos ante cambios profundos de muchos pueblos, y eso es imparable. Las luchas por las libertadades siempre han sido una constante, ellos lo lograran como nosotros lo hicimos.

    ResponderEliminar