martes, 31 de mayo de 2011

Me importa un pepino.

Eso debió pensar Alemania, al anunciar que los pepinos españoles eran los causantes de las 16 muertes y las 1.400 personas afectadas por la bacteria e.coli en su país.

Esta afirmación ha hecho que las exportaciones de los pepinos...y por extensión todas las verduras y frutas de los agricultores españoles dejasen de venderse en Alemania ...y por extensión en el resto de países europeos.

Pero "oooh milagro", una semana después de anunciado “el culpable”, las pruebas de laboratorio desmienten que los pepinos españoles sean los culpables de tanto mal.

¡El daño está causado!
Hasta las fruterías, los mercados y supermercados alemanes anuncian en carteles que ellos no venden fruta española, para evitar que los consumidores no compren este tipo de productos en sus establecimientos.

Se ha calculado ya, que las pérdidas ascienden a 200 millones de euros semanales y que están en juego 1 de cada 5 puestos de trabajo que pueden perderse por la "broma", en un país y en un sector, donde el empleo no es precisamente lo que sobre.

Espero y deseo, que en primer lugar, la persona (bocazas y acusadora sin pruebas), sea fulminantemente destituida.

...Y de forma paralela, se indemnice al sector español por las pérdidas ingentes de dinero que está teniendo y por el daño a la imagen de los productos españoles, en Alemania y otros países de la Unión.

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