lunes, 31 de enero de 2011

Haciendo Caja.

Asistimos estos días al sprint final de las fusiones y absorciones de las cajas de ahorros españolas.

Un año llevan con la retahíla, hasta esta semana que la Sra. ministra de economía lanzó el ultimátum. Para alegrar a los mercados, nada mejor que endurecer hasta el extremo los requisitos de solvencia financiera de las entidades españolas. Así no cabrá duda de que son solventes; de que tenemos el mercado financiero más saneado del mundo. Bueno, dicho y hecho, Salgado endurece los ratios de solvencia de un core capital del 6%, a un 8%, para entidades cotizadas y hasta un 10% si no lo son. ¡Alegría para hoy!

Las cajas corren despavoridas en sus fusiones con el único fin de conseguir financiación que sanee sus cuentas, aunque ello las conlleve fusionarse con quien sea, e incluso comerse los marrones (léase marrón, como aquella entidad notablemente insolvente y no rentable). Sin racionalizar las consecuencias que ello traerá.

Estas fusiones para poder acceder al FROB, acarrean fusiones de lo más variopintas, sin ningún criterio económico que lo sustente, sino simplemente el "corre corre" de las prisas para obtener el maná económico caído del cielo y que suponga la salvación...temporal de las cuentas, y el lavado de cara ante los mercados.

No contentos con ello, se conviene dar un plazo hasta otoño, para que las entidades fusionadas, a través de SIP o convirtiéndose en bancos, busquen financiación en los mercados internacionales o en bolsa (al gusto), para poder cubrir con la exigente cuota de core capital (capital propio/activos). Llegado la caída de la hoja, entidad no saneada, entidad nacionalizada.

Gran ejercicio de inteligencia toda esta operación:

.- Se obliga a las cajas grandes y medianamente saneadas, a fusionarse con otras más pequeñas y con altos ratios de morosidad e insolvencia. Pudiendo generar que las dos o tres entidades pequeñas, lastren a la grande.

.- Al obligar a estas fusiones, el FROB (fondo dotado en un 75% con dinero público) inyecta capital alegremente a estas entidades para sanearlas y dotarlas de efectivo. (De momento esos fondos han servido para despidos y jubilaciones anticipadas, no para favorecer el crédito a pymes y particulares)

.- Al obligar a las entidades a tener mejores y más exigentes ratios de core capital, la única manera es ampliando capital o no repartiendo dividendos. Las cajas deberán hacer lo primero, pues como todos sabemos sus beneficios sirven para su obra social. Al ampliar capital, todo el dinero que puedan deberán dedicarlo a eso, cerrando aún más el acceso al crédito, lastrando más la economía.

.- Otra opción, que es la que están tomando todas las entidades, es convertirse en banco, buscar un inversor institucional (banco extranjero, fondo soberano árabe, chino o ruso) o salir a bolsa y que pequeños ahorradores se conviertan en sus accionistas.

Resumen (por si alguien aún no lo ve claro):
Se privatizan las cajas de ahorro, una vez saneadas con capital público (que sale de sus impuestos...y los míos...si, de esos que nos acaban de subir al 18%).

Así hacemos las cosas aquí. O les regalamos a los mafiosos rusos cajas de ahorros a precio de saldo, o a los magnates de los petrodólares o lo regalamos a los grandes bancos internacionales, generadores de la crisis financiera mundial.

No importa las consecuencias a media y largo plazo, importa que dejen de martirizarnos en los mercados de deuda y en las bolsas.

Pero, ¿por qué siempre sociabilizamos las pérdidas y nunca los beneficios en este país?
Tal vez a pocos le importen que las cajas sean públicas y privadas. A parte de las fundaciones sociales, la componente social de las cajas es bastante importante: ayuda al medio rural, ayuda a los pequeños, los autónomos, etc. ha sido vital para el desarrollo de la España actual, y gracias a esta crisis, se pone en manos privadas de un plumazo.

No es que me importe que sean públicas o privadas, prefiero incluso que sean privadas, pero que las paguen al precio que corresponde y sobre todo, que dejen de tomarnos el pelo a los españoles y dejemos de sanearlas con fondos públicos para pasarla a unas pocas manos privadas, encima con la excusa de que es la única solución.

Una propuesta más sensata sería que las cajas deficitarias y no rentables se liquidasen, se vendiesen los activos y los clientes pasasen a las cajas que si son rentables y solventes.

Lo único bueno de todo el proceso, es despolitizar las cajas, que burdamente ahora están en manos de políticos incompetentes, que sin rubor manejan las entidades financieras con criterios políticos y no económicos.

Por cierto, me resulta jocoso ver como esos que han dirigido deficientemente las cajas, llevándolas a la insolvencia actual, son ahora los que gestionarán las mismas, pero saneadas con nuestro dinero.

Muchos se frotan ya las manos del botín que van a sacar.
¡Qué país!

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