miércoles, 12 de enero de 2011

...Apunten...¡Fuego!

Hemos leído hace unos días el ataque brutal en EEUU a un grupo de políticos en un acto público, en el que estaba una congresista demócrata, que se debate entre la vida y la muerte. Días después se hace público información sobre un cartel político del Tea Party, liderado por Sarah Paling, (ex gobernadora de Alaska y candidata a vicepresidenta por el partido republicano frente a Obama); Cartel que situaba a la gobernadora demócrata tiroteada, dentro de una diana, como objetivo político al que había que atacar.

Hoy Sarah Paling se excusa sosteniendo que los responsables del tiroteo son los únicos culpables de la matanza, no ella por incitación alguna. Supongo que las formas tan broncas y dañinas de la políticas de la extrema derecha americana, tienen consecuencias indirectas que un político debería conocer.

Veo que la extrema derecha española emplea políticas broncas similares dentro de la política nacional, empleando la crispación y los insultos hacia el gobierno e incluso contra el responsable de la oposición. Habrá que recordarles que en España hubo una época en la que lo que unos políticos señalaban, y unos extremistas tiroteaban, y con razón se les criticaba, incluso se les persiguió y prohibió su actividad política. Si, hablo de Batasuna, Arnaldo Otegui y sus amigos abertzales. Cuando Batasuna señalaba a algún político, o colectivo, ETA atacaba. Eso pasaba y no hace muchos años. Fue lo que les llevó al ostracismo y rechazo público y político.

De forma similar pasa con Sarah Paling y sus panfletos, su tono bronco, crispador e insultante hacia el gobierno Obama y los políticos demócratas.
Los políticos tienen una responsabilidad social muy importante, y si los políticos alzan la voz, tienen malas formas y siguen estrategias violentas (aunque sea de forma verbal), buena parte de la población actúa de forma similar, pero en cuanto a la violencia, muchas personas no tienen la capacidad dialéctica de un político y acude al extremismo y la violencia física. Y más en EEUU que se tiene acceso a las armas de forma tan sencilla y donde se actúa de forma tan vehemente y extremista.

Obviamente no se le podrá culpar judicialmente de este ataque, pero moralmente, socialmente y sobre todo políticamente, es culpable y debería abandonar la política activa.

1 comentario:

  1. Que caprichoso el destino; días después del ataque a la congresista demócrata y la salida de la derecha en defensa de Sarah Paling como posible instigadora al crispar los ánimos y utilizar estrategias muy agresivas contra sus adversarios políticos, se ha perpretado el ataque brutal a un político del PP en Murcia.

    Curioso oír a esos que defendían las formas de Sarah Paling, con los argumentos contrarios, acusar al PSOE, en la oposición murciana, de crispar los ánimos y provocar el ataque con un puño americano.

    Tal vez ahora sufren en sus carnes que crispar los ánimos, ser agresivos, aunque sea de forma verbal e insultar sistemáticamente al oponente político, trae consecuencias.

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