viernes, 22 de octubre de 2010

El entrenador.

El delantero ahora es defensa, el medio centro pasa a portero, el goleador ya no está convocado, el media punta ahora juega en cualquier puesto y se ha fichado a un nuevo jugador que hasta hace bien poco era la estrella de otro equipo.

El entrenador de otro equipo rival declara, discute y critica los fichajes, haciendo su papel, pero se descubre en vestuarios que las estrellas valoran y temen al nuevo equipo. Mientras tanto, en lugar de entrenar duro para ganar, simplemente esperan a que el contrario se lesione y se canse solo de tanto correr.

De los espectadores, cuatro millones y medio ya no saben donde mirar, qué equipo les sacará del descenso y muchos sostienen que en estos casos lo usual es cambiar al entrenador, no a las estrellas. El otro porrón de millones de espectadores miran acojonados el partido por lo que pueda pasar.

Un 20% de los espectadores no tiene para comprar la entrada, quedándose por debajo del umbral. Casi 400.000 han sido despojados ya de sus banderolas y bubucelas, y no les queda más que salirse del estadio, o colarse sin cotizar, habiendo aumentado notablemente el número de espectadores que utiliza esta técnica para poder seguir viendo el partido.

Mientras en países vecinos, con otro estilo de fútbol, las hinchadas salen a la calle a hondear banderas y vitorear consignas, por séptima vez en lo que va de año, aquí cuatro amigos salen un 29-S, entre críticas a los ultras que promueven el acto.

De forma local, hay otros partidos que se juegan ya. Así vemos como en Catalunya hay otra liga, donde quienes hacían equipo ahora intentan distanciarse. Están apareciendo algunas hinchadas radicales, que no quieren inmigrantes en sus equipos…qué digo equipos...ni en sus estadios, ni como espectadores si quiera.

Igual que ocurre en el otro extremo, en Canarias, donde compañeros de equipo han roto relaciones por los flirteos de uno con el seleccionador nacional. Los que hasta ahora eran compañeros de vestuario, pasan a ser grandes enemigos. Sin darse cuenta el que se va, que el que se queda ha conseguido más en esta semana de negociaciones que él en toda su vida para Canarias.

La FIFA, el mercado deportivo y publicitario finalmente es el que mueve los hilos, y parece que nos hemos enterado ahora. Tiene tanto poder que condiciona las estrategias de los propios entrenadores y obliga a hacer los cambios. Muchos espectadores piensan para que sirve entonces el entrenador. Es más, ha sido la FIFA la que ha creado la crisis, y ahora nos la venden como la única solución posible a nuestros males. No soy gran entendido en fútbol…pero el sentido común me dice que no puedes poner al lobo a cuidar de las ovejas.

Esperemos que este nuevo equipo obtenga mejores resultados, o bajaremos a segunda!

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