De todos es sabido el “ombligocentrismo” que practica la humanidad en general, sobre cualquier tema.
Gracias a una erupción volcánica, la naturaleza pone a cada uno en su lugar.
Somos un "moco pegao", una mota de polvo, insignificantes ante cualquier manifestación de la naturaleza, por mínima que sea.
Nos creemos capaces de modificar el clima, crear los mejores avances tecnológicos, los productos más sorprendentes, centramos nuestra atención en cosas como la crisis económica...pero la realidad nos pone en nuestro lugar. La naturaleza deshace nuestros avances a ritmo de volcán, a ritmo de aguacero, de tormenta, huracán, inundación o terremoto.
Todo un continente paralizado, su economía, ya de por sí tocada, se ve mermada de su motor, millones de personas afectadas directa e indirectamente, millones de pérdidas...y todo, por la erupción antojadiza de un pequeño volcán de una isla perdida.
A ver si así, se da cuenta "el todopoderoso" ser humano, de su lugar en el mundo, su fragilidad y la majestuosidad de la naturaleza.
Hablamos de 2009 y 2010 como los años de la crisis...pero habría que ir más allá de nuestro bolsillo para ver que también lo son de grandes catástrofes naturales, muchas de ellas han causado decenas de miles de muertos.
Dejen de mirarse el ombligo...y el bolsillo. Amplíen sus miras.
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